Para la elaboración de esta cerveza, se utilizan 20 kg cerezas frescas belgas por cada 100 litros de cerveza en las barricas donde se fermenta, las cuales madurarán por 6 meses. Antes de embotellarse, se mezcla la cerveza de las barricas de 1 año y 2 años para conseguir un sabor más homogéneo. Su color rojo invita a disfrutar de sus aromas a cereza, vainilla y y su sabor equilibrado de malta, dulzor y acidez con toques de roble.